La glándula tiroides se localiza en la base del cuello, es la responsable de regular las hormonas y el mecanismo del cuerpo; sin embargo, cuando comienza a fallar se debe a enfermedades que la atacan y logran desbalancear todo lo que la misma controla.
Existen varias enfermedades que atacan a la glándula tiroidea, entre las más comunes están el hipotiroidismo, y está hace que la tiroides no produzca la cantidad correcta de una hormona llamada T4; sus síntomas son variados y entre ellos están la fatiga, caída del cabello y una piel extremadamente seca.
Luego está el hipertiroidismo, lo cual es un exceso en la producción de hormonas a un nivel que el cuerpo no necesita, entre sus síntomas están los temblores y la pérdida de apetito y peso, en el caso femenino les produce un cambio en su periodo menstrual y cambios en patrones de sueño.
La tiroidectomía se usaría en caso de estar presentando casos severos de hipo o hipertiroidismo y otras enfermedades de la tiroides que ya escapen de las manos de los doctores y de los tratamientos recomendados a los pacientes.
Este proceso tiene dos versiones, la total y la parcial; la total es cuando se extrae completamente la glándula tiroides y la parcial es cuando se extrae tan solo una parte de la misma, antes de realizar una tiroidectomía es necesario que el especialista en el caso de la orden y sea el único método que quede.
La operación no presenta riesgos en el momento, pero luego de haberse realizado el paciente puede llegar a presentar complicaciones debido a que se trata de un órgano completo y el cuerpo no está acostumbrado a funcionar sin ella o sin una parte.